CONSEJOS FAMILIARES
Aquí va un vídeo para reforzar tus valores familiares
VÍDEO ⤵⤵⤵⤵
Mis hermanos y hermanas, la ironía de
ser padres es que generalmente nos volvemos buenos en ello cuando nuestros
hijos ya han crecido. Esta tarde compartiré con ustedes algo que me habría
gustado comprender mejor cuando Bárbara y yo empezamos a criar a nuestros
queridos hijos.
Durante mi ministerio apostólico, con
frecuencia he enfatizado el poder y la importancia de los consejos de la
Iglesia, incluso los consejos de misión, estaca, barrio y organizaciones
auxiliares.
Creo
que los consejos son la manera más eficaz para obtener resultados reales.
También sé que los consejos son la manera en la que el Señor obra y que Él creó
todas las cosas en el universo mediante un consejo celestial, como se menciona
en las Santas Escrituras1.
Sin embargo, hasta ahora, nunca había
hablado en la conferencia general acerca del consejo más básico y fundamental,
y probablemente el más importante de todos: el consejo familiar.
Siempre ha habido necesidad de los
consejos familiares. De hecho, son eternos. En nuestra existencia premortal,
cuando vivimos con nuestros Padres Celestiales como Sus hijos procreados en
espíritu, pertenecimos a un consejo familiar.
Cuando un consejo familiar se lleva a
cabo con amor y atributos cristianos, contrarrestará el impacto de la
tecnología que con frecuencia nos distrae de pasar tiempo de calidad juntos y
también tiende a traer el mal a nuestros hogares.
Por favor recuerden que los consejos
familiares son diferentes a la noche de hogar que tiene lugar los días lunes.
La noche de hogar se enfoca principalmente en la enseñanza del Evangelio y las
actividades familiares. Los consejos familiares, por otro lado, pueden tener
lugar cualquier día de la semana, y son principalmente reuniones en las que los
padres se escuchan mutuamente y escuchan a sus hijos.
Considero que hay por lo menos cuatro
tipos de consejos familiares:
Primero, un consejo familiar general
que consta de la familia completa.
Segundo, un consejo familiar
ejecutivo que consta de la madre y el padre.
Tercero, un consejo familiar limitado
que consta de los padres y uno de los hijos.
Cuarto, un consejo familiar uno a uno
que consta de un padre y un hijo.
En todos esos escenarios de consejos
familiares, los dispositivos electrónicos deben estar apagados a fin de que
todos puedan mirarse y escucharse. Durante los consejos familiares y en otras
ocasiones adecuadas, posiblemente quieran disponer de una canasta para los
dispositivos electrónicos a fin de que, cuando la familia se reúna, todos
—incluyendo al padre y la madre— puedan colocar sus teléfonos, tabletas y
reproductores de MP3 allí. Después de eso, podrán deliberar en consejo sin sentir
la tentación de responder un mensaje de Facebook, texto, Instagram, Snapchat o
correo electrónico.
Permítanme compartir brevemente cómo
puede funcionar cada uno de esos tipos de consejos familiares.
Primero,
el consejo de la familia completa incluye
a todos los miembros de ella.
El
folleto de la Iglesia titulado Guía para la familia declara:
“Esas reuniones se realizan para… resolver problemas familiares, hablar acerca
de asuntos financieros, hacer planes, apoyarse y fortalecerse mutuamente… y
orar unos por otros [y por la unidad familiar]”2.
Este consejo se debe reunir en un
momento designado con anticipación y generalmente es más formal que cualquier
otro tipo de consejo familiar.
Debe iniciar con una oración, o puede
ser una extensión natural de una conversación que haya iniciado en otro lugar.
Sírvanse notar que un consejo familiar no siempre inicia o concluye de manera
formal.
Cuando los padres están preparados y
los hijos escuchan y participan en el intercambio de ideas, ¡el consejo
familiar realmente está funcionando!
Sin importar lo particular de nuestra
situación familiar, es fundamental que comprendamos las circunstancias únicas
de cada miembro de la familia. Aunque compartimos el ADN, puede haber
situaciones y circunstancias entre nosotros que nos hagan diferir grandemente
uno del otro y que requieran la colaboración misericordiosa del consejo
familiar.
Por ejemplo, todo el amor del mundo,
las conversaciones y nuestros sentimientos posiblemente no resuelvan un
problema médico o un desafío emocional que uno o más miembros de la familia
enfrenten. En esos momentos, el consejo familiar se convierte en un lugar de
unidad, lealtad y apoyo amoroso mientras se consigue ayuda externa en la
búsqueda de soluciones.
Los hermanos, en especial los
mayores, pueden ser mentores poderosos para los hijos pequeños si los padres
usan el consejo familiar para solicitar su ayuda y apoyo durante los tiempos de
dificultad y adversidad.
En este sentido, una familia es como
un barrio. Cuando el obispo hace participar a los miembros del consejo de
barrio, puede resolver problemas y lograr mucho bien en maneras en las que
nunca podría hacerlo sin su ayuda. De una manera similar, los padres necesitan
incluir a todos los miembros de la familia para hacer frente a los desafíos y
la adversidad. De esa manera, el poder del consejo familiar se pone en acción.
Cuando los miembros del consejo familiar sienten que son parte de la decisión, brindan
su apoyo y se pueden alcanzar resultados positivos específicos.
No todo consejo familiar consta de
ambos padres y los hijos. Su consejo familiar puede verse muy diferente a como
se veía el nuestro cuando estábamos criando a nuestros siete hijos. Actualmente
nuestro consejo familiar consta de Bárbara y yo, a menos que llevemos a cabo un
consejo de familia extendida que incluye a nuestros hijos adultos, sus cónyuges
y, en ocasiones, nuestros nietos y bisnietos.
Aquellos que están solteros e incluso
los estudiantes que viven lejos de casa pueden seguir el modelo divino de los
consejos al reunirse con amigos y compañeros de apartamento para deliberar en
consejo.
Consideren cómo cambiaría el ambiente
en un apartamento si los compañeros se reunieran regularmente para orar,
escuchar, analizar y planear las cosas juntos.
Todos pueden adaptar un consejo
familiar para sacar provecho de este modelo divino establecido por nuestro
amoroso Padre Celestial.
Como mencioné anteriormente, en
ocasiones un consejo de familia extendida puede ser de ayuda. Un consejo de
familia extendida puede componerse de los abuelos y los hijos adultos que ya no
estén viviendo en el hogar. Incluso si los abuelos o los hijos adultos viven
lejos, ellos pueden participar vía telefónica, Skype o FaceTime.
Tal vez quieran considerar llevar a
cabo un consejo familiar general el domingo, que es el primer día de la semana;
la familia puede evaluar la semana que pasó y hacer planes para la semana
siguiente. Esto puede ser exactamente lo que su familia necesita a fin de
ayudarles a hacer del día de reposo un día deleitable.
El
segundo tipo de consejo familiar es
un consejo familiar ejecutivo que involucra solamente a los padres. Durante ese
tiempo juntos, los padres pueden evaluar las necesidades físicas, emocionales y
espirituales, y el progreso de cada hijo.
El consejo familiar ejecutivo también
es un buen momento para que tanto esposos como esposas hablen acerca de su
relación personal. Cuando el élder Harold B. Lee efectuó nuestro sella
miento, nos enseñó un principio que puede ser útil para toda pareja. Él dijo:
“Nunca se vayan a dormir sin arrodillarse juntos, tomados de la mano para orar.
Tales oraciones invitan al Padre Celestial a aconsejarnos por el poder del
Espíritu”.
El
tercer tipo de consejo familiar es
un consejo familiar limitado. En este, ambos padres pasan tiempo con un solo
hijo en un escenario formal o informal. Esta es una oportunidad para hablar
sobre tomar decisiones con anticipación respecto a las
cosas que el hijo o hija hará o no hará en el futuro. Al tomar esas decisiones,
tal vez él o ella quiera anotarlas para consultarlas en el futuro si fuese
necesario. Si su hijo o hija los ve como padres que lo apoyan firmemente, estas
reuniones de consejo pueden establecer metas y objetivos para el futuro. Este
también es un momento para escuchar cuidadosamente las preocupaciones serias y
los desafíos que un hijo puede enfrentar con asuntos como la falta de
confianza, el abuso o maltrato, el acoso escolar o el temor.
El
cuarto tipo de consejo familiar es
un consejo familiar uno a uno que incluye a un padre y un hijo. Generalmente
este tipo de consejo familiar ocurre naturalmente. Por ejemplo, el progenitor y
el hijo pueden aprovechar oportunidades informales mientras viajan en el
automóvil o trabajan en casa. Un paseo con uno de los hijos y el padre o la
madre puede brindar un tiempo especial para crear lazos emocionales o
espirituales. Programe esas ocasiones con anticipación a fin de que los hijos
puedan anticipar y esperar el tiempo especial a solas con mamá o papá.
Ahora, hermanos y hermanas, hubo un
tiempo en el que las paredes de nuestros hogares proveían toda la defensa que
necesitábamos contra las intromisiones e influencias externas. Cerrábamos las
puertas, las ventanas; asegurábamos los portones, y nos sentíamos a salvo,
seguros y protegidos en nuestro pequeño refugio del mundo exterior.
Esos días se han ido. Las paredes
físicas, las puertas, las cercas y los portones de nuestros hogares no pueden
evitar la invasión imperceptible de Internet, el Wi-Fi, los teléfonos móviles y
las redes; estas pueden penetrar nuestros hogares con unos cuantos clics y
pulsaciones de teclas.
Afortunadamente, el Señor ha brindado
una manera para contrarrestar la invasión negativa de la tecnología que puede
distraernos de pasar tiempo de calidad juntos. Lo ha hecho al proveer el
sistema de consejos para fortalecer, proteger, salvaguardar y nutrir nuestras
relaciones más valiosas.
Los hijos necesitan desesperadamente
padres que estén dispuestos a escucharlos, y el consejo familiar puede brindar
un tiempo durante el cual los miembros de la familia puedan aprender a
comprenderse y amarse unos a otros.
Alma
enseñó: “Consulta al Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para
bien”3. Invitar al Señor a ser parte de nuestro consejo familiar a través de
la oración mejorará nuestras relaciones. Con la ayuda del Padre Celestial y de
nuestro Salvador, podemos llegar a ser más pacientes, considerados,
serviciales, indulgentes y comprensivos a medida que pedimos ayuda en oración.
Con Su ayuda, podemos hacer de nuestros hogares un pedacito de cielo aquí en la
tierra.
Un consejo familiar que sigue el
modelo de los consejos celestiales, lleno de amor cristiano y guiado por el
Espíritu del Señor nos ayudará a proteger a nuestra familia de las
distracciones que pueden robar nuestro preciado tiempo juntos y nos protegerá
de los males del mundo.
En
conjunto con la oración, un consejo familiar invitará la presencia del
Salvador, como Él lo prometió: “… donde están dos o
tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”4. Invitar al Espíritu del Señor a ser parte de su consejo familiar trae
bendiciones que exceden toda descripción.
Para concluir, por favor recuerden
que un consejo familiar que se efectúa con regularidad nos ayudará a notar
problemas familiares desde su inicio y a resolverlos antes de que crezcan; los
consejos darán a cada miembro de la familia un sentimiento de valía e
importancia; y sobre todo nos ayudarán a ser más exitosos y felices en las
preciadas relaciones dentro de las paredes de nuestros hogares. Que nuestro
Padre Celestial bendiga a todas nuestras familias a medida que deliberemos
juntos en consejo, es mi humilde ruego en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.
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